Día Internacional de la Madre Tierra

Como todos los Días Internacionales proclamados desde las Naciones Unidas, el Día de la Madre Tierra es un día designado para ejercer una clara función comunicativa: recordar la importancia del cuidado de nuestros ecosistemas y dar visibilidad a los problemas que afectan al planeta. La propia expresión “Madre Tierra” trata de poner de manifiesto la estrecha relación que mantenemos con la naturaleza. A causa de la peligrosa lógica de dominación y depredación que ejercemos sobre otros organismos vivos y los recursos naturales, hoy se hace imprescindible poner en valor la interdependencia que existe entre los seres humanos, las demás especies vivas y los ecosistemas que habitamos.

Este ejercicio de sensibilización tiene sentido en un contexto en el que nuestra especie se ha convertido en el principal agente geológico de la Tierra, ocupando más de dos tercios de su superficie y alterando gravemente su metabolismo energético. En este sentido, los científicos alertan de estar superando las capacidades biológicas de los sistemas terrestres, pues nuestras sociedades consumen cada vez con mayor rapidez los recursos naturales que el planeta es capaz de regenerar en un año. Por ello se dice que vivimos, de media, como si tuviéramos a nuestra disposición 1,7 planetas; o dicho de otra manera, para que toda la humanidad viviese como lo hacemos en las sociedades desarrolladas, harían falta 2,4 planetas Tierra. Si se mantiene esta tendencia, los casi diez mil millones de personas que habitarán el mundo en 2050 necesitarán el equivalente a casi tres planetas para generar los recursos necesarios para abastecer las necesidades de consumo actuales. Se dice, por tanto, que estamos saturando el mundo en términos biofísicos, con terribles consecuencias para el medio ambiente: la acusada extinción de especies animales y vegetales, la perturbación de ciclos naturales como el descontrol de las emisiones de dióxido de carbono, la fijación de mayor cantidad de nitrógeno y otros productos químicos tóxicos en la atmósfera, la acidificación de los océanos o la contaminación de los acuíferos… Pero sin duda uno de los mayores desafíos que afronta la humanidad consiste en el cambio climático que se está produciendo a causa del aumento de la temperatura terrestre; sus efectos ya se han manifestado en diferentes ámbitos, como en la pérdida de biodiversidad, el impacto en nuestra capacidad alimentaria o el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. Estos son algunos de los aspectos que ponen en evidencia la actual crisis medioambiental que está poniendo en riesgo la sostenibilidad de nuestra especie sobre la Tierra.

Dado que la crisis medioambiental que hemos descrito se debe principalmente a causas relacionadas con los modos de producción y de consumo humanos, deducimos que el futuro de nuestra especie y del planeta depende de una reconfiguración de nuestra cultura. Al fin y al cabo la resolución de los conflictos sociales y medioambientales que hemos de afrontar en el presente dependen de un profundo cambio en la manera en que habitamos el mundo. Para ello hemos de transformar urgentemente el funcionamiento de nuestro sistema económico, nuestros hábitos de producción y consumo; y esta transformación cultural sólo será posible en la medida en que implementemos la educación de nuestras sociedades. La educación desempeña un rol fundamental en tanto en cuanto puede contribuir a que las personas entiendan la importancia que comporta la sostenibilidad social y medioambiental para nuestro futuro en común. De esta manera, con los conocimientos y aptitudes necesarias, las personas serán más capaces de afrontar los desafíos que atraviesa la contemporaneidad.   

Por todo ello, durante la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) que hemos celebrado este año del 1 al 7 de abril (aún quedan actos por celebrarse) hemos reivindicado la necesidad de garantizar una educación de calidad para todas y todos. Bajo el lema “Defendemos la educación, sostenemos el mundo”, hemos llamado la atención de la comunidad política, educativa y mediática a lo largo y ancho de España, señalando la importancia de la educación en la lucha contra la degradación ambiental y la transformación de nuestra sociedad. La actividad de movilización que ha vertebrado la SAME este año ha sido la construcción de Scrabbles que relacionen palabras en torno a la educación y la sostenibilidad.

Precisamente un día como el de hoy, el Día Internacional de la Madre Tierra, nos invita a reflexionar sobre la importancia del cuidado del planeta. Si quieres más información, puedes ampliarla accediendo a nuestro documento de posicionamiento de la #SAME2019.