Día de las Personas Refugiadas: promoviendo el derecho a la educación

En un mundo donde millones de personas se ven forzadas a abandonar sus hogares debido a conflictos, persecución y violencia, es fundamental garantizar el pleno ejercicio de sus derechos, sobre todo el derecho a la educación, un derecho habilitante para el ejercicio de otros derechos.

El Día de las Personas Refugiadas nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de proporcionar acceso equitativo y de calidad a la educación para aquellos que han sido desplazados de sus países de origen.

Según el último informe de ACNUR, hay 10 millones de niños y niñas refugiados en edad escolar. Pero, además, desde hace varios años en sus estudios se ha identificado un alto riesgo de segregación para la infancia refugiada en diferentes escuelas y circuitos educativos más lentos en los países europeos. Esta segregación puede obstaculizar la integración y limitar las oportunidades futuras de las personas refugiadas.

En muchos países, los niños y niñas refugiadas enfrentan obstáculos significativos para acceder a la educación. Muchos se encuentran en situaciones de pobreza extrema, viven en campamentos o asentamientos informales con recursos educativos limitados, o enfrentan barreras lingüísticas y culturales que dificultan su participación en el sistema educativo. Además, las niñas refugiadas a menudo enfrentan desafíos adicionales debido a la discriminación de género y las normas culturales restrictivas.

La falta de acceso a la educación tiene consecuencias devastadoras para los niños y las niñas refugiadas. No solo se ven privados de conocimientos y habilidades vitales para su desarrollo personal, sino que también se ven privados de oportunidades para romper el ciclo de la pobreza y construir un futuro mejor.

Por estos datos y retos, la educación para las personas refugiadas merece una mayor prioridad en la ayuda internacional y en la agenda global. Se necesita un compromiso global más sólido y una mayor cooperación para garantizar que todos los países aborden de manera efectiva esta problemática. La educación no solo proporciona conocimientos y habilidades, sino que también promueve la integración, la cohesión social y el respeto mutuo.

Así, en el Día de las Personas Refugiadas, desde la Campaña Mundial por la Educación reivindicamos el derecho a la educación para todas las personas, sin importar su estatus migratorio. Toda la infancia y adolescencia refugiada merece tener acceso a oportunidades educativas adecuadas, que les permitan desarrollar su potencial y construir un futuro mejor.