La alfabetización, el primer paso para el ejercicio de nuestros derechos

El próximo domingo 8 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Alfabetización. En esta fecha,  desde la Campaña Mundial por la Educación queremos recordar que todavía hay más de 750 millones de adultos no alfabetizados en el mundo, lo cual nos da una idea de la urgencia de que se pongan en marcha los mecanismos necesarios para garantizar el cumplimiento del cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS4): Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje para todas las personas durante toda la vida, y muy especialmente de la meta 4.6, centrada en garantizar que todos los jóvenes y la mayoría de los adultos, hombres y mujeres, estén alfabetizados y tengan nociones elementales de aritmética. Tan sólo así será posible que los 17 ODS establecidos por la comunidad internacional en 2015 sean una realidad en 2030. 

Hace 150 años, tan sólo una de cada diez personas en todo el mundo sabía leer y escribir. Esto quiere decir que, hasta hace apenas dos siglos, ese prodigioso instrumento de comunicación que es la lengua escrita, que ha moldeado la cultura humana desde hace seis milenios, era un privilegio de unos pocos. Sin embargo, y a pesar de los enormes avances realizados de los últimos cien años, en los albores del siglo XXI la alfabetización sigue siendo una tarea pendiente para millones de personas. Además, más de 617 millones de niñas y niños y adolescentes no están alcanzando los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas según el Instituto de Estadística de la UNESCO. Todo ello no sólo supone una grave vulneración del derecho a la educación de estas personas, sino que además pone en riesgo el bienestar, la prosperidad y el futuro de regiones enteras. 

La alfabetización es el primer paso a la hora de garantizar el ejercicio pleno del derecho de todas las personas a una educación de calidad. Se trata de un derecho individual, pero también colectivo: alcanzar la convivencia pacífica, próspera y plenamente humana a la que legítimamente aspiramos pasa necesariamente por construir sociedades educadas, responsables y conscientes. Por eso, es imprescindible que los Estados adopten las políticas y acciones necesarias para hacerlo posible. En esta época de grandes avances en la tecnología y las comunicaciones, resulta casi absurdo que millones de personas queden excluidas de este progreso por algo tan aparentemente sencillo como leer y escribir. Así, este 8 de septiembre tenemos un mensaje para comenzar el curso escolar: en pleno S. XXI, la alfabetización sigue planteando un reto, un reto que ya no puede esperar. Es hora de que lo abordemos.