Día Internacional de la Mujer

El Día Internacional de la Mujer hunde sus raíces en la lucha histórica de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad que el hombre. Es un día que se celebra en todos los países del mundo y que une en este grito de justicia a mujeres de diversas etnias, idiomas, países, religiones reclamando sus derechos y denunciando las situaciones de discriminación.

Es un momento para reflexionar acerca de los avances logrados, solicitar más cambios y aplaudir la valentía y la determinación de mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades. Entre todas las desigualdades que tienen lugar en nuestra sociedad, una de las más extendidas a lo largo de la historia, en la mayor parte del planeta y que afecta a todas las culturas es la desigualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.

En 2015, líderes de todo el mundo adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, colocando la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en una posición central de la Agenda 2030. Según la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), las mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones. Esa discriminación viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto a la dignidad humana.

Según los Informes de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, no hay ningún país del mundo en el que las mujeres dispongan de las mismas oportunidades que los hombres.

Empoderamiento de las mujeres

El empoderamiento de las mujeres constituye una estrategia fundamental de desarrollo humano, refiriéndonos al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder, así como la toma de conciencia del poder que individual y colectivamente poseen las mujeres y que tiene que ver con la recuperación de la propia dignidad de las mujeres, y el fortalecimiento de sus propias potencialidades y capacidades.

Y es que el sistema patriarcal y la perpetuación de roles en función del género fomentan unas desigualdades sociales en las que las mujeres cuentan con mayores dificultades. Entre los obstáculos que impiden a las niñas y las mujeres ejercer su derecho a estudiar, obtener un diploma y beneficiarse de la educación se encuentran la pobreza, el aislamiento geográfico, la pertenencia a una minoría, la discapacidad, el matrimonio y el embarazo precoces o la violencia de género, además de otras actitudes tradicionales relacionadas con el rol de la mujer.

  • Aislamiento geográfico: para las niñas de zonas rurales en edad de cursar educación primaria la probabilidad de no asistir a la escuela es 2 veces más alta que para las que viven en zonas urbanas.
  • Pobreza: El 70% de las personas que viven en pobreza extrema son mujeres. Feminización de la pobreza.
  • Matrimonio infantil y forzoso, son diferentes, infantil (alguien menor de 18 años, forzoso alguien no ha dado consentimiento): Más de 700 millones de las mujeres actualmente casadas en todo el mundo contrajeron matrimonio cuando todavía eran niñas.

Y, de ellas, 250 millones no habían cumplido los 15 años al momento de casarse. Aproximadamente una de cada tres niñas en el mundo en vías de desarrollo se casa antes de los 18 años; una de cada nueve se casa antes de cumplir los 15. El abandono escolar prematuro contribuye, y es a la vez también, un resultado del matrimonio precoz.

La igualdad de género y la educación son preocupaciones primordiales en la nueva agenda de desarrollo sostenible, uno de cuyos 17 objetivos, el ODS 5, plantea la necesidad de alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de las niñas y las mujeres, como requisitos para la consecución de todos los demás objetivos.  Además, el objetivo consagrado a la educación, el ODS 4, tiene su propia meta relativa a la igualdad de género en la educación.

A pesar de los considerables avances que se han logrado desde el año 2000 en materia de igualdad de género en la enseñanza primaria, las desigualdades se amplían en la secundaria. Esto es sobre todo visible en el África subsahariana, que abarca a 7 de los 10 países donde hay menos de 80 chicas matriculadas en secundaria básica por cada 100 chicos. En esta región, nueve millones de niñas nunca llegarán a pisar un aula, y las desigualdades extremas en educación afectan especialmente a las niñas de las familias más pobres y aquellas que viven en zonas rurales o en lugares afectados por conflictos.

En el año 2000, las niñas representaban el 58% de la población en edad de cursar educación primaria que estaban fuera de la escuela, actualmente suponen el 52%. Según datos de UNESCO se estima que 31 millones de niñas en edad de cursar educación primaria y 34 millones de niñas en edad de cursar educación secundaria no van a la escuela, viendo reducidas sus posibilidades de tener un futuro digno y socavando su potencial para contribuir a la sociedad.

¿Cuáles son las diferencias entre las tasas de alfabetización de mujeres y hombres?

Alrededor de 757 millones de adultos y 115 millones de jóvenes en todo el mundo no pueden leer o escribir una simple frase. Dos terceras partes de ellos son mujeres, y casi no se ha avanzado en la reducción de esa cifra, a pesar de que la población analfabeta ha disminuido a nivel mundial.

Las tasas más altas de analfabetismo se encuentran en África Subsahariana y en el sur y el oeste de Asia. Sin embargo, los promedios regionales ocultan disparidades a nivel de país. En África Subsahariana, la tasa de alfabetización varía de un 15% en Níger a un 95% en Guinea Ecuatorial. Persiste una notable brecha de género en esta región, con un 68% de hombres analfabetos frente a un 52% de mujeres que no saben leer y escribir.

En los Estados Árabes y en el sur y el oeste de Asia es donde más se ha progresado en las dos últimas décadas. Entre 1990 y 2013 la tasa de alfabetización de adultos ha crecido del 55% al 78% en los Estados Árabes, y la tasa de alfabetización de jóvenes aumentó del 74% al 91%. No obstante, la brecha de género sigue siendo significativa en la región: la tasa de alfabetización de mujeres es del 70%, mientras que la de hombres es de 86%.

De la misma manera, en el sur y el oeste de Asia la tasa de alfabetización de adultos aumentó del 47% al 68%, y la correspondiente a los jóvenes creció del 60% al 84% entre 1990 y 2013. Sin embargo, menos de dos terceras partes de las mujeres saben leer y escribir en la región (58%), frente al 77% de los hombres.

La educación de las niñas; instrumento de transformación decisivo en el proceso de desarrollo

La educación de niñas y mujeres supone transformar sus vidas e impulsar el desarrollo de las sociedades en las que viven, permitiéndoles salir de la pobreza, reducir la mortalidad infantil y favorecer el crecimiento económico. En África Subsahariana, invertir en educación de las niñas podría impulsar la producción agrícola de la zona en un 25%. La transformación de sus vidas supone una mejora de su salud y de la de sus familias, saber cuáles son sus derechos, tener oportunidad de acceder a un empleo digno y bien remunerado, tener derecho a decidir contraer matrimonio o, cómo y cuándo ser madres. Las niñas que no asisten a la escuela tienen seis veces más de posibilidades de casarse, por lo que la escolarización es un factor clave para el futuro.

Sin educación se les priva de ser ciudadanas con voz en su sociedad. Educar a las niñas y a las mujeres tiene innumerables beneficios: por cada año de educación de la madre, su hija o hijo pasará 0,32 años más en la escuela; si todas las mujeres en los países de ingresos bajos y medianos completaran la enseñanza primaria, la tasa de mortalidad de sus hijos menores de 5 años se reduciría un 15%, si completaran la educación secundaria, se reduciría un 49%, lo que equivaldría a unos 2,8 millones de vidas salvadas; si todas las niñas completan la enseñanza primaria en África Subsahariana y Asia Meridional y Occidental, la cantidad de niñas que están casadas al cumplir 15 años se reduciría en un 14% y con educación secundaria completa se casarían un 64% menos de niñas

Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas

Con la aprobación de la Agenda 2030, es necesario pensar cómo impulsar la aplicación efectiva de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible que ponen el foco en la igualdad de género, como es el ODS 5 “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. Las metas de aquí a 2030 son las siguientes:

  • Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo.
  • Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos públicos y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
  • Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina.
  • Reconocer y valorar los cuidados no remunerados y el trabajo doméstico no remunerado mediante la prestación de servicios públicos, la provisión de infraestructuras y la formulación de políticas de protección social, así como mediante la promoción de la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país.
  • Velar por la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles de la adopción de decisiones en la vida política, económica y pública.
  • Garantizar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos, de conformidad con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing y los documentos finales de sus conferencias de examen .
    • Emprender reformas que otorguen a las mujeres el derecho a los recursos económicos en condiciones de igualdad , así como el acceso a la propiedad y al control de las tierras y otros bienes, los servicios financieros, la herencia y los recursos naturales, de conformidad con las leyes nacionales.
    • Mejorar el uso de la tecnología instrumental, en particular la tecnología de la información y las comunicaciones, para promover el empoderamiento de la mujer.
    • Aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas a todos los niveles.