Una declaración de la Campaña Mundial por la Educación, sobre el primer Informe del Banco Mundial, enfocado en la educación

El 26 de septiembre de 2017, el Banco Mundial lanzó el primer Informe sobre Desarrollo mundial (WDR, por sus siglas en inglés) enfocado en la educación. La CME aplaude los puntos destacados sobre la educación pública, universal y de calidad; no obstante, expresa una seria preocupación respecto a aspectos clave que no se encuentran en el informe y urge al Banco Mundial a luchar con más vigor por un incremento en la financiación de la educación mundial.

El Informe sobre Desarrollo mundial 2018 (WDR)—APRENDIZAJE para realizar la promesa de la educación, destaca la necesidad de la equidad en los resultados de aprendizaje, que las escuelas trabajen para los pupilos, y alinear mejor a los actores, de modo que el sistema funcione para el aprendizaje. La CME celebra este primer WDR centrado en la educación y aplaude el aumento de la atención de los legisladores a la educación; no obstante, la CME teme que este WDR no vaya lo suficientemente lejos en su apoyo a todos los aspectos del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, o la totalidad de la Agenda Educación 2030. Del mismo modo, a pesar de reconocer la importancia del profesorado para una educación de calidad, hay una falta de consistencia en el apoyo a un profesorado formado y profesional. Otras áreas importantes que requieren de mucha más atención son: el acceso a la educación para todos los estudiantes a todos los niveles, la alfabetización adulta, la educación inclusiva, la igualdad de género y -algo fundamental- la financiación de los sistemas educativos públicos.

La Agenda Educación 2030 apunta a referencias financieras claras: los países deben asignar al menos el 4-6 % del PIB y al menos el 15-20 % del gasto público a la educación, mientras que la comunidad internacional debe invertir el declive de la ayuda a la educación. “Si queremos que el derecho a la educación de todos y todas, sea una realidad, incluyendo 12 años de educación gratuita y de calidad, necesitamos actuar con urgencia para lograr presupuestos internos mayores y más sostenibles. Para ello, es fundamental la justicia fiscal, tanto a nivel nacional como internacional. El silencio del Banco Mundial respecto a la financiación es una oportunidad perdida y corre el riesgo de ser interpretado como un elemento disuasivo para incrementar los presupuestos educativos nacionales y la cooperación internacional”, señala Camilla Croso, Presidenta de la CME. David Archer, miembro del Consejo de la CME y Jefe de Participación y Servicios Públicos de ActionAid, señaló que el informe “debe ser motivo de celebración, pero a pesar de algunas observaciones útiles, el enfoque es demasiado estrecho como para aportar valor real y ayudarnos a acelerar el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.

El WDR se centra en mejorar la equidad en los resultados de aprendizaje – y, en especial, en la evaluación de esos resultados – pero hace sorprendentemente poco por innovar en estos asuntos.”

Jennifer Rigg, miembro del Consejo de la CME y Directora Ejecutiva de CME EUA, señaló: “Como defensores de una educación universal de calidad, felicitamos al Banco Mundial y a los autores del Informe sobre Desarrollo mundial, por destacar la importancia de las escuelas públicas de calidad para todos y todas, y por mostrar preocupación por el hecho de que los fondos públicos se desvíen a proveedores privados de educación. Nos preocupa, sin embargo, que este informe no vaya lo suficientemente lejos a la hora de recomendar un incremento de la financiación de la educación. Instamos al Banco Mundial a remediar este problema de inmediato, y solicitamos a los ministros de finanzas y legisladores, que fortalezcan la financiación de subvenciones para una educación inclusiva y pública de calidad”.

La CME reconoce la importancia del primer WDR sobre educación. Sin embargo, aunque el informe realiza un sólido llamamiento por una agenda de aprendizaje, la CME señala que el ODS 4 y la Agenda Educación 2030 van mucho más allá de un enfoque en el aprendizaje y la evaluación, e incluyen la inclusión, la equidad, la no discriminación, la educación en derechos humanos, y la educación para el desarrollo sostenible, dentro del contexto de un aprendizaje de por vida. Esta agenda es el resultado de años de negociaciones multilaterales y ha generado un apoyo sin precedentes de 196 Estados miembros, agencias de la ONU, OSC y otros actores sociales.

Instamos al Banco Mundial a que continúe acogiendo esta causa común, y apoye al profesorado, a los estudiantes, a padres y madres, y a las escuelas, mientras asume un rol más sólido en la exigencia a ministros de finanzas y legisladores, de que aumenten una financiación sostenible y pública para unos sistemas educativos inclusivos, gratuitos, públicos y de calidad. Esto es especialmente importante en la antesala del reabastecimiento de la Alianza Mundial por la Educación, de febrero 2018. También hacemos un llamamiento a los activistas por la educación, para que insten a los representantes gubernamentales del Banco Mundial a adoptar posturas más sólidas y den más prioridad a la financiación de una educación pública y de calidad