Desde la tribuna

Hoy queremos compartir las reflexiones de Teresa Martín, representante del colegio San Estanislao de Kostka (Salamanca) sobre lo que supuso para ella poder compartir sus reflexiones y demandas sobre el derecho a la educación ante los diputados, diputadas, alumnado y docentes durante el acto central de la SAME 2017, el 21 de noviembre en el Congreso de los Diputados.

«Cierra los ojos. Concéntrate en las voces para ver. Susúrrale al silencio de tu mente un dictado del reposo de la sala. Describe el mutismo. Brío. Respira hondo y en el socavón de aire, entierra este frenesí. Por fin la calma.

Trajes, pancartas… una simbiosis entre educación y política donde los únicos colores son aquellos que descubren los niños en la mezcla de gamas. Micrófonos de papel para una memoria con voz de tinta. Comienzan los discursos.

Analiza las fases de euforia. Parece que todas las personas hablan con sus manos. Aplausos que suscriben la valía de los que, como privilegiados, trascienden su verdad.

Integra en tu causa la pasión por el ser humano; empodérate de la confianza en su bondad. Asume sus faltas a la conciencia, como propias; utiliza tus cinco sentidos para desarrollar en los demás un sexto.

No te pongas en pie al oír tu nombre. Nunca excedas de protagonismo en tus acciones. Recuerda que tu identidad es la de todo un colectivo. Busca sus miradas, amárralas a tus ojos y genera el reflejo cuando los desconocidos te observen. Ya estáis en la tribuna.

Olvida que existe un instante contemporáneo a la ansiedad. Recuerda que lo difícil es conseguirlo, no contarlo; que lo bochornoso es faltar a la verdad, no compartirla y que el escándalo está en incumplir programas, no en reclamar su compromiso.

Ya lo has conseguido. Presentar tu mundo es una forma de acoger a nuevos habitantes. Poner techo a valores que sólo encontraban muros.

Y ahora siéntate, lo harás por unos minutos. De nuevo eres un espectador de voces, que pasivo en la escucha, despliega su actividad en las calles. Presta atención a los aplausos, y por supuesto, secunda el protocolo con sinceridad. Cuando termines, ni se te ocurra meter las manos en los bolsillos, nada de esto habrá servido. Te contaré que debes utilizarlas de verdad, estrechándolas para trabajar, uniéndolas por los compromisos.

Es hora de marcharse. Terminó la visita por el mundo inteligible. Hoy hemos creado un orbe idealizado, y nuestra realidad debe aproximarse a él.

No somos principiantes en la misión. Hemos entregado un alma impúber a la plenitud de consciencia, y es ahora cuando todo torna posible al sentirse.

En la escuela aprendimos cosas extinguidas con borrador, más finitas que la vida de una tiza. Los libros no hablan, no educan ni sienten. Nadie recuerda las tapas o la editorial de los tomos, pero todos evocamos la cara y el nombre de aquel profesor que nos educó en la tarea de vivir».