Nesrin Ayoub, profesora en campo de refugiados, encabeza la campaña #EducationOnTheMove

Nesrin Ayoub es la directora de una escuela primaria para niñas administrada por la UNRWA de 450 niñas de entre 6 y 16 años en el campamento de refugiados de Ein Hilweh, en Líbano. Todas las niñas son refugiadas palestinas de Líbano y Siria. En el campamento de Ein Hilweh las personas viven en condiciones difíciles, afrontando desafíos socioeconómicos y condiciones de seguridad inestables donde los enfrentamientos armados y disturbios estallan varias veces al año.

Nesrin está encabezando la campaña del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo #EducationOnTheMove, que rastrea a los migrantes y refugiados de todo el mundo mientras estos intentan acceder a la educación en sus nuevos países. Su objetivo es ayudar a entender los mensajes del próximo Informe GEM de 2019, Migración, desplazamiento y educación: construyendo puentes, no muros, que verá la luz en noviembre, en el contexto de las experiencias de la vida real de las personas.

Ella ha visto balas perdidas entrar en su clase mientras enseñaba, la erupción de enfrentamientos armados en la escuela, y a veces como la escuela es golpeada y las ventanas se rompen. Tales disturbios provocan la evacuación de los estudiantes a zonas de refugio, e incluso a veces que se les ayuda a escapar del campamento para buscar refugio en otro lugar. Las escuelas en el campamento cierran varios días durante el año escolar.

La propia Nesrin tuvo pesadillas sobre las experiencias que vivió durante su infancia hasta los 40 años, y ahora se encuentra con muchos niños traumatizados por la violencia. Al igual que los otros maestros del campamento, ella enfrenta numerosos desafíos al ayudar a los niños a regresar a la escuela, brindarles apoyo psicosocial y compensar los días de enseñanza perdidos.

Los alumnos de Nesrin son los pocos afortunados. Nesrin no sólo se ha beneficiado de una formación psicosocial y de emergencia, sino que, como refugiada palestina nacida en el campamento, siente una empatía natural con ellos. En el blog del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, ella describe algunos de los altibajos del nuevo período escolar:

“El primer día de septiembre, mi corazón latía con alegría cuando crucé el puesto de control del ejército en la entrada del campamento. Mi escuela primaria había abierto sus puertas para el nuevo año académico, contra todo pronóstico. No es un secreto que UNRWA se enfrenta a una crisis de financiamiento sin precedentes y se temía que alrededor de 500.000 estudiantes que asisten a sus escuelas en todo el Medio Oriente (incluidos los estudiantes de mi escuela) se verían obligados a quedarse en casa este periodo escolar, quedándose sin la educación que es su derecho.

Es cierto que algunas de nuestras clases estarán muy llenas, de hasta 45 alumnos o más. Pero haremos lo mejor que podamos. Como ex alumna de la UNRWA, y maestra capacitada por la UNRWA, ahora directora, me siento en deuda con los refugiados. Su generosidad me motiva a trabajar tan duro como pueda para que los estudiantes puedan tener un mejor futuro. 

Como lo hace todos los años, UNRWA proporcionó libros y materiales a los 450 estudiantes de mi escuela (y de todas las demás escuelas de la UNRWA), incluidos a todos los estudiantes de Siria. Esperamos que la escuela permanezca abierta a lo largo de este año académico. El primer día fue fenomenalmente bueno, y el segundo día tuvimos una ceremonia de graduación para los estudiantes de noveno grado que habían aprobado los exámenes oficiales. La celebración fue muy alegre y fue generosamente financiada por el gobierno belga. 

Pero nuestra alegría no duró mucho. Debido a la inestable situación de seguridad en el campamento, perdimos 4 de los 23 días que debíamos enseñar por cierre forzoso. Y por cada día que cerramos, necesitamos otro día para restablecer el sentimiento de normalidad en las clases.

Realizamos sesiones de apoyo psicosocial, establecemos árboles de comunicación para las comunicaciones de emergencia con los padres, reflexionamos sobre los simulacros de evacuación y acordamos cómo compensar a los estudiantes por las horas de enseñanza perdidas. Como parte de las iniciativas de reforma, UNRWA nos ha formado bien para liderar la Educación en las Emergencias, pero todavía tenemos que recurrir a nuestra resiliencia personal para hacer frente a esta situación, que revivimos una y otra vez

En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el mundo había mostrado su amor y apoyo a los Refugiados de Palestina y a la UNRWA. El 5 de octubre, el Día Mundial de los Docentes, mi corazón latía con fuerza otra vez. Soy una refugiada que atiende a refugiados y nada me impedirá crear recuerdos felices para mis alumnos. ¡La esperanza es eterna!”