DECLARACIÓN CONJUNTA PARA ACABAR CON EL TRABAJO INFANTIL

La lucha contra el trabajo infantil es la lucha para asegurar la educación para todos y todas

Coincidiendo con el Día Mundial contra el trabajo infantil, la Campaña Mundial por la Educación se ha unido a la Marcha Mundial contra el Trabajo Infantil en una Declaración conjunta en contra de esta lacra.

 

Actualmente, más de 168 millones de niños y niñas en todo el mundo están atrapados en el trabajo infantil. Son niños y niñas que se dedican a una variedad de trabajos que van desde trabajar en granjas, arrastrarse bajo tierra en minas de oro, coser prendas de vestir en fábricas para hacer tareas domésticas. Trabajando en condiciones duras, a esta población se le niegan los derechos humanos básicos, incluido su derecho a la educación.

Los niños y niñas nacen para disfrutar de su infancia, independientemente de sus circunstancias socio-económicas y políticas. Es su derecho fundamental recibir una educación de calidad, inclusiva y gratuita. Sin embargo, los niños y las niñas que afrontan el trabajo infantil, a menudo no disfrutan de este derecho y libertad. Por lo tanto, si se quiere erradicar completamente el trabajo infantil, no se puede hacer sin los esfuerzos correspondientes para garantizar la educación para todos y todas. De hecho, el trabajo infantil y la educación son desafíos interdependientes. Mientras persista el trabajo infantil, el derecho a la educación sigue siendo un sueño lejano.

 

El creciente número de emergencias y crisis en todo el mundo están poniendo en peligro los esfuerzos por acabar con el trabajo infantil y asegurar la educación para todos y todas. Los desastres y los conflictos prolongados en países como Siria, Irak, Yemen, etc., están empujando a miles de niños y niñas a correr el riesgo de ser víctimas de trata, enredados en condiciones de trabajo similares a la esclavitud y obligados a abandonar la escuela. Se estima que cada año casi 70 millones de niños y niñas son afectados por desastres naturales y más de 30 millones son actualmente desplazados por la guerra. Muchos de los 168 millones que trabajan en el trabajo infantil, viven en zonas afectadas por conflictos y desastres, lo que dificulta o hasta impide su acceso a la educación. De los 263 millones de niños y niñas no escolarizadas de todo el mundo, el 35% vive en países afectados por conflictos armados.

Dado este impacto que los conflictos y desastres están teniendo sobre los niños y las niñas, el tema de este año del Día Mundial contra el Trabajo Infantil – «En los conflictos y desastres – proteger a los niños y niñas contra el trabajo infantil», es oportuno.

Conmemorando el Día Mundial contra el Trabajo Infantil el 12 de junio de 2017, el Presidente de la Marcha Mundial contra el Trabajo Infantil, Timothy Ryan, reafirmó que «ahora es más importante para la comunidad internacional hacer esfuerzos urgentes para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que abarcan avances socio-político-económico y ambientales, los cuales tienen un impacto directo o indirecto sobre niños y niñas. Además, no se puede lograr un objetivo aisladamente. El éxito de la Meta 8.7 de los ODS, sobre la eliminación del trabajo infantil, la trata y la esclavitud, requerirá esfuerzos concertados para impulsar el ODS 4 en educación. Esto también implicará que alianzas globales tales como la Alianza 8.7 sobre el fin del trabajo infantil bajo el marco de los ODS incluyan cuestiones de educación en su estrategia y plan de acción. La Marcha Mundial contra el Trabajo Infantil también se ha centrado desde su inicio en su estrategia del Paradigma Triangular, es decir, la conexión intrínseca entre la pobreza, el trabajo infantil y el analfabetismo, para asegurar que los derechos humanos de todos los niños y niñas sean protegidos y realizados. Además, para asegurar que las perspectivas de la educación sean centrales y se incluyan en su funcionamiento, la Marcha Mundial ha estado colaborando y trabajando estrechamente con sindicatos de docentes, asociaciones y activistas como la Internacional de la Educación y la Campaña Mundial por la Educación.”

 

La labor de la Campaña Mundial por la Educación (CME) se centra sobre la promoción de la educación como un derecho humano fundamental, en particular en torno al acceso y conclusión de una educación pública gratuita de calidad para todos y todas, incluyendo llamados para aumentar el financiamiento de la educación, proteger la infancia de niños y niñas así como para poner fin al trabajo infantil. El trabajo de la CME por la realización del ODS 4 sobre educación va de la mano a los esfuerzos para lograr la Meta 8.7 para poner fin a la explotación de niños y niñas.

La Presidenta de la CME, Camilla Croso, afirma en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil «La Campaña Mundial por la Educación está comprometida a apoyar la lucha mundial contra el trabajo infantil a través de sus mayores esfuerzos en educación para todos los niños y niñas. Comprendemos y reconocemos que la educación no sólo es clave para prevenir el trabajo infantil, sino también para promover todos los demás derechos humanos y asegurar la resiliencia y un contexto seguro para aquellos que son rescatados de la explotación, ayudándoles a reconstruir sus vidas y futuros. Apoyamos plenamente el trabajo de organizaciones contra el trabajo infantil, como la Marcha Mundial contra el Trabajo Infantil. La Campaña Mundial por la Educación también apoya la nueva campaña de «100 millones por 100 millones» iniciada por Kailash Satyarthi, fundador de la Marcha Global, ex presidente de la CME y Premio Nobel de la Paz 2014. Con la promesa de ser la más audaz campaña de movilización de masas para niños y niñas en la historia, su objetivo es movilizar a 100 millones de jóvenes, niños y niñas de todos los rincones del mundo para ponerse de pie y actuar por otros 100 millones que están en el trabajo infantil, fuera de la escuela o siendo víctimas de explotación».