¿Cómo reducir la brecha de género en educación?

Se acaba de publicar en castellano eL Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo “Género y la EPT 2000-2015: logros y desafíos”. Este documento identifica los desafíos que se deben superar para colmar la brecha de género, a la vez que demuestra que en América Latina dichas brechas a menudo afectan más a los niños que a las niñas.

Puede ser que muchos hayan olvidado que de hecho la paridad de género en la educación se iba a lograr en el 2005. Más de diez años después, todavía queda mucho por hacer para lograr el objetivo. En América Latina, aunque la mayoría de los países de la región han logrado la paridad de género en la educación primaria, solo en el 20% de ellos se ha logrado la paridad de género en la educación secundaria, y países como Colombia, la República Dominicana, El Salvador, Paraguay y la República Bolivariana de Venezuela están muy rezagados. Al nivel de la secundaria, es la única región donde los niños enfrentan una desventaja considerable en comparación con las niñas.

Igualdad Genero America Latina

Además de que América Latina sea la región donde existen las mayores brecha de género para los niños, dichas brechas han persistido o inclusive crecido en la mayoría de los países de la región desde 1999. La brecha de género en Suriname ha crecido desde 1999, y ahora es el país más rezagado en vista de que en 2011 habían 80 niños por cada 100 niñas que cursaban la educación secundaria.  Los malos resultados en la primaria y el abandono de la escuela secundaria contribuyen a agrandar las brechas de género en la educación primaria. En Brasil, actualmente hay menos niños que niñas que completan la educación secundaria inicial que en 1999, principalmente porque hay más de ellos que abandonan la escuela.

Al nivel de la educación secundaria superior, es aun más probable que, en comparación con las niñas, los niños abandonen la escuela. En Brasil y Jamaica, por ejemplo, los niños de entornos urbanos de bajos ingresos a menudo abandonan la escuela para trabajar en empleos que requieren pocas calificaciones y que no requieren una educación secundaria, porque no ven como la educación les garantiza un empleo en el futuro. Las dificultades económicas además aumentan la susceptibilidad de integrar pandillas y caer en la violencia, fenómenos que pueden ser exacerbados por una falta de modelos masculinos educados o por percepciones de la escolarización como poco masculina, por ejemplo en el Caribe.

La situación en América Latina es muy diferente a la situación en otras regiones del mundo, donde los peores casos de disparidad todavía afectan a la niñas. En el 2012, en 13 países habían menos de 80 niñas inscritas en la educación secundaria  por cada 100 niños. En Angola, la situación de hecho a empeorado, de 76 niñas por cada 100 niños en 1999 a 65 en 2012. En la República Centroafricana y en Chad, que han sufrido conflictos, en el 2012 habían aproximadamente 50 niñas por cada 100 niños inscritos en la escuela secundaria.

Pero lograr la paridad entre niñas y niños en las tasas de matriculación y en los resultados de aprendizaje no es todo. Nunca alcanzaremos la paridad de género sin no logramos la igualdad de género.

Es difícil medir las barreras que persisten para la igualdad de género, pero incluyen diversas normas y prácticas sociales. El trabajo infantil sigue siendo una barrera tenaz para la igualdad de género. Y en las escuelas, la violencia basada en el género no solo afecta el bienestar de los niños, además retrasa los resultados escolares. La violencia escolar frecuentemente afecta a las niñas. Por ejemplo, niñas de la República Dominicana, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá regularmente sufren del acoso sexual en las escuelas y del “chantaje sexual” en relación con sus calificaciones. Pero también afectan a los niños: en todos salvo 2 de los 15 países de América Latina encuestados en la estudio TERCE 2012 –Brasil y Honduras– un número igual o mayor de niños reportaron que habían sufrido de formas físicas de bullying.

Las principales ideas que comunica el Informe de Género son que queda mucho trabajo por hacer, y que para completar dicho trabajo se necesitan respuestas adaptadas al contexto. La historia del género en América Latina presenta diferentes problemáticas sociales y económicas a las que se enfrentan en Asia, o el Oriente Medio. Y abordar la motivos que impiden que los niños se inscriban en la escuela, o que hacen que la abandonen, requerirá diferentes respuestas políticas a las establecidas para abordar las barreras que afectan a las niñas. Ahora que empezamos a trabajar la nueva agenda de desarrollo sostenible, hay que tomar en serio este desafío y colmar las brechas de género de una vez por todas.

RECOMENDACIONES PARA REDUCIR LA BRECHA DE GÉNERO 

PARIDAD: Debemos redoblar los esfuerzos para alcanzar o mantener la paridad de género en todos los niveles educativos, desde el preescolar hasta el tercer ciclo.

  1. La educación, en particular la enseñanza primaria y secundaria, debería ser gratuita. Realmente gratuita.
  2. Deben elaborarse medidas políticas para abordar los problemas que tanto los niños como las niñas enfrentan para acceder a la enseñanza y completarla.
  3. Deberían ofrecerse modelos alternativos de enseñanza secundaria a los adolescentes que están sin escolarizar.

IGUALDAD: Debería hacerse más hincapié en la igualdad de género en la educación.

  1. Los gobiernos y la sociedad civil deberían incorporar las cuestiones de género a todos los aspectos de la planificación y las políticas, no sólo en la educación, sino en todos los sectores.
  2. Se necesita un marco amplio de cambios legislativos y campañas de promoción y movilización comunitaria para erradicar el matrimonio infantil, reducir el embarazo precoz y aumentar el apoyo a la educación de las niñas.
  3. Los gobiernos, las organizaciones internacionales y los proveedores de servicios educativos deben colaborar para hacer frente a la violencia escolar, en todas sus modalidades.
  4. Los gobiernos deberían contratar, formar y apoyar a los docentes de manera eficaz, para abordar la desigualdad y la discriminación en las escuelas.