La SAME 2015 Zaragoza

ZARAGOZA.- La Cámara del Parlamento aragonés fue ayer día 27 de abril el escenario de un pleno muy especial en el que niños y niñas de diversos centros de Educación infantil y especial aragoneses se convirtieron en diputados para debatir y votar sobre cómo mejorar la educación en el mundo. De esta forma, el hemiciclo de las Cortes sirvió de colofón final de las actividades de reflexión y debate que estos centros han desarrollado con motivo de la Semana de Acción Mundial para la Educación (20 a 26 de abril) con el objetivo de conseguir que los niños de todo el mundo puedan disfrutar de este derecho y, también, para mejorar la calidad de la enseñanza en los países desarrollados.

Esta actividad ha sido organizada por el grupo territorial de Aragón de la Campaña Mundial para la Educación, integrado por Ayuda en Acción, Médicos del Mundo, Atades, FAS, Feaps Aragón y Discapacitados Sin Fronteras, y ha contado con la participación de alumnos de los colegios públicos José Antonio Labordeta y Joaquín Costa, y los colegios de educación especial Ángel Riviere y San Antonio.

Para exponer sus propuestas, cada grupo había preparado en las aulas vídeos, powerpoint, dibujos y manifiestos para intentar convencer al resto de alumnos de que sus ideas eran las merecedoras de su voto. Al finalizar las exposiciones todos los niños y niñas han votado las propuestas que les parecían más relevantes y las organizaciones que componen la Campaña Mundial para la Educación se han comprometido a hacer llegar las más votadas a los gobernantes y la sociedad civil para conseguir que se hagan realidad.

Durante el acto, varios representantes de cada colegio han subido a la tribuna para exponer sus reflexiones sobre la situación que viven los niños que no pueden ir a la escuela y cómo pueden aportar su grano de arena para acabar con esta situación.  Por ejemplo, han recordado que “hay niños que hacer largas caminatas para ir a clase” o no pueden asistir “porque son explotados laboralmente”, siendo un derecho “que todos los niños y niñas deberían disfrutar, sin importar su sexo, capacidad económica, raza, religión o país de residencia”.

Entre las ideas planteadas, los niños destacaron que “los gobernantes son los encargados de garantizar este derecho”, por lo que consideran que “los países ricos deberían comprometerse y hacer aportaciones económicas.”. Pero, también han reconocido sus propias responsabilidades, asegurando que para conseguir que la educación sea una realidad plena, “los niños y niñas del primer mundo deben mejorar la educación de sus países, esforzándose más por aprender”.

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